Existen varios tipos de pieles, cada una con unas características y que requiere un cuidado diferente. ¿Sabes cuál es la tuya? ¿Conoces cómo cuidarla de manera adecuada? Sigue leyendo y te daremos las claves para conseguir que tu piel se vea -y se sienta- de cine.

En primer lugar existe la piel «normal». Se caracteriza por un aspecto luminoso, con los poros cerrados, y una textura suave y tersa.
Podemos hablar también de pieles «secas». Se ven opacas y con poros cerrados, y al tacto son ásperas y delgadas.
A continuación, podemos hablar de la piel grasa. Son aquellas brillantes, con poros abiertos, y cuya textura es resbaladiza y gruesa.
Las pieles sensibles se caracterizan por una tonalidad rojiza con vasos dilatados. Puede ser grasa o seca. Al tacto es extremadamente delgada.
Entre las más comunes encontramos la pieles mixtas. Se llaman así porque combinan características de la piel grasa y piel seca. Así, el aspecto de frente y mentón es brillante, con poros abiertos, mientras que en mejillas y sien es opaca con poros cerrados. La textura es resbaladiza y gruesa en frente y mentón, mientras que en sien y mejillas resulta áspera y delgada.
Con características tan diferentes, es evidente que cada una de ellas requiere un cuidado especial. Consulta con nosotros lo más adecuado para latuya bien acudiendo a nuestro centro, por teléfono o enviándonos un correo electrónico. En próximas publicaciones iremos especificando el tratamiento más adecuado para cada una de ellas en nuestro blog.